Cada 17 de junio, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una jornada crucial que destaca la importancia de abordar uno de los problemas ambientales más graves de nuestro tiempo. Con el cambio climático, exacerbando la desertificación y la escasez de agua, expertos y científicos trabajan incansablemente para desarrollar y aplicar soluciones innovadoras que mitiguen los efectos devastadores de estos fenómenos.
En las regiones desérticas de Chile, como Arica y Parinacota, la sostenibilidad es clave para el desarrollo futuro. Felix Sebastián Riera, quien trabaja en la economía del recurso hídrico dentro de sistemas productivos agropecuarios, enfatiza la importancia de un enfoque integral que abarque los pilares ambiental, social y económico. «Si queremos avanzar, como Arica y Parinacota, u otras regiones con similares condiciones desérticas, quieren avanzar con un modelo de sostenibilidad, necesitamos incorporar los tres pilares, ambiental, social y económico. Existen ciertas voluntades para esta interdependencia y se está avanzando al respecto, así que creo que los resultados son muy importantes para la región», señala Riera. Su trabajo destaca la interconexión necesaria para abordar la crisis hídrica de manera efectiva y duradera, y la importancia de políticas públicas integrales que promuevan la sostenibilidad.
Edith Fernández-Baca, Doctora en Sociología Rural con concentraciones en Sistemas Alimentarios, Agricultura, el Medio Ambiente y desarrollo comunitario, subraya la necesidad de hacer accesible la información científica para que tanto los tomadores de decisiones como el público en general puedan tomar medidas informadas. «Traducir la información científica para que tanto tomadores de decisiones, como público en general, los mismos beneficiarios, puedan usarla, entenderla y a partir de ahí tomar acciones», afirma Fernández-Baca. En un mundo donde el cambio climático agrava los problemas hídricos, es vital que la información fluya y se utilice para promover soluciones prácticas y sostenibles. Fernández-Baca también enfatiza que «con el cambio climático estamos viendo que hay muchos más impactos de todos estos fenómenos y variables climáticas… como el agua», destacando la urgencia de enfrentar estos desafíos.
En este contexto, la innovación tecnológica juega un papel fundamental. Jorge Ricaldi, geógrafo especializado en la captura y estudio de la neblina, aporta una visión esperanzadora a través de la tecnología de atrapanieblas. «Hay personas, expertos, científicos que dedican su carrera a soluciones para abastecer de agua el desierto, reciclar agua en el desierto, en la eficiencia del uso de agua en el desierto y por lo que he visto hay un match, hay una necesidad que estamos buscando cubrir y a la vez buscando aprender, de lo que puede mejorar en cada una de las tecnologías», explica Ricaldi. Además, menciona que hay un «esfuerzo bastante bueno, con financiamiento regional, para tomar en serio el estudio, en serio la propuesta de instalación de atrapanieblas», una iniciativa que podría ofrecer una nueva fuente de agua sostenible para las regiones más áridas. La instalación de atrapanieblas no solo es una solución innovadora, sino que también representa una esperanza para las comunidades que enfrentan escasez de agua, brindándoles una alternativa viable y sostenible.
La escasez de agua es un problema cada vez más acuciante, y la necesidad de medidas preventivas y soluciones innovadoras nunca ha sido más urgente. Con la población en constante crecimiento y el cambio climático intensificando la sequía y la desertificación, es crucial que todos trabajemos juntos para evitar una crisis hídrica extrema en el futuro. «Cada vez hay menos agua, la población crece, el cambio climático, entonces están todas las variables para que nos pongamos de acuerdo y pensemos para que en 10 o 20 años más no tengamos una crisis extrema. Es bueno ir haciendo conciencia, ir hablando y viendo posibilidades, nuevos desarrollos para revertir esta situación», concluye Ricaldi. La colaboración entre gobiernos, científicos, comunidades y el sector privado es esencial para desarrollar estrategias efectivas que aseguren un acceso equitativo y sostenible al agua.