El informe final del “Comité de Carbono-Neutralidad y Resiliencia”, publicado en 2024, propone el uso de plantaciones forestales como estrategia para avanzar hacia la carbononeutralidad en Chile. Sin embargo, esta medida resulta contradictoria con los inventarios nacionales de emisiones, la evidencia científica disponible y la Ley Marco de Cambio Climático, que prohíbe incentivar monocultivos forestales y exige basar las acciones en información científica actualizada. Estudios como los de Heilmayr et al. (2020) y Gómez-González et al. (2023) advierten que estas plantaciones pueden reducir la biodiversidad y, en muchos casos, actuar como emisores netos de carbono debido a la cosecha intensiva y la vulnerabilidad a incendios forestales.
El informe también propone aumentar la masa boscosa y reducir la superficie de incendios forestales a un tercio respecto de 2017, un año excepcionalmente crítico. No obstante, la meta de reducción de incendios es considerada poco ambiciosa, ya que en años normales el país ya cumple con dicha disminución. Además, el proceso de elaboración de estas recomendaciones carece de transparencia, pues no se detalla la composición de los grupos de trabajo ni se atribuyen las propuestas a autores específicos, lo que limita la claridad sobre los intereses representados en el comité.
Frente a estas limitaciones, la evidencia científica sugiere diversificar las estrategias de acción climática, priorizando la conservación y restauración de bosques nativos y turberas, la gestión sostenible del suelo, la protección de la biodiversidad y el uso de madera en la construcción para el almacenamiento de carbono. Estas acciones permiten avanzar en la carbononeutralidad de manera más efectiva y sostenible, sin depender de la expansión de plantaciones forestales, cuyo impacto ambiental y climático ha demostrado ser contraproducente en el largo plazo.