- El CR2 ha acompañado al sector público en la implementación de la Ley Marco de Cambio Climático, generando asesorías, capacitaciones y policy briefs para ministerios y gobiernos regionales.
- El centro busca ampliar su trabajo con la sociedad civil y con el sector privado, diseñando capacitaciones y plataformas de datos que permitan enfrentar los riesgos y exigencias del cambio climático.
El Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) ha intensificado en los últimos años su rol como puente entre la investigación científica y la toma de decisiones frente a la crisis climática. Desde la asesoría a la Comisión del Senado en la elaboración de la Ley Marco de Cambio Climático, hasta talleres realizados en todas las regiones del país orientados a la creación de Planes de Acción Climática a nivel regional y local, el centro ha desplegado una estrategia de vinculación que busca traducir la evidencia científica en soluciones aplicadas.
De acuerdo con Susana Bustos, directora de Gestión y Vinculación del CR2, la relación más estrecha del centro ha sido con el sector público, que enfrenta la tarea de implementar nuevos instrumentos de gestión exigidos por la ley. “Hemos estado cerca de ministerios, municipalidades y gobiernos regionales, generando procesos de capacitación que les permitan elaborar planes municipales y regionales de adaptación y mitigación. También participamos en consultas públicas, aportando observaciones y sugerencias”, señala.
Un ejemplo de este trabajo es la colaboración directa con el Ministerio del Medio Ambiente, en la redacción de la Ley Marco de Cambio Climático, así como el reciente convenio firmado con el Ministerio de Agricultura para fortalecer la gestión de riesgos de desastres. A esto se suma la respuesta a procesos participativos como la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), el Anteproyecto de Actualización del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, el Anteproyecto Plan de Adaptación al Cambio Climático de Recursos Hídricos, el Anteproyecto de la Estrategia de Transición Socioecológica Justa, entre otros en los que el CR2 ha presentado recomendaciones técnicas.
La vinculación con la sociedad civil también ha sido relevante. El centro organizó talleres en las 16 regiones del país para levantar las prioridades de actores locales, desde comunidades y organizaciones sociales hasta representantes del sector privado y autoridades locales. En estas instancias, se mapearon riesgos territoriales y se definieron prioridades, con el objetivo de aportar insumos concretos a las políticas de adaptación. Además, el CR2 produce contenidos de divulgación, como cápsulas informativas, análisis breves y publicaciones en redes sociales, que buscan acercar conceptos complejos al debate ciudadano.
Aunque reconoce que el sector privado es donde aún tienen una mayor deuda, Bustos señala que el CR2 ya está diseñando cursos y capacitaciones breves para directorios y equipos ejecutivos de distintas industrias. La motivación responde a un contexto donde las empresas enfrentan crecientes riesgos operativos por sequías, olas de calor, inundaciones y aluviones, además de las exigencias regulatorias de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), que obliga a las compañías a establecer políticas y metas de sostenibilidad. “Nuestra mayor contribución puede ser fortalecer capacidades en el sector privado, porque las exigencias en torno al carbono, la trazabilidad y la sostenibilidad son cada vez más relevantes”, subraya.
El centro también ha puesto a disposición plataformas abiertas como DataClima, que centraliza información sobre riesgos climáticos y amenazas a nivel local, y sistemas de datos sobre emisiones que permiten identificar fuentes principales y diseñar estrategias de gestión. Estas herramientas buscan apoyar tanto a las empresas como a las instituciones públicas en la planificación y en la reducción de vulnerabilidades.
En temas sensibles como la minería o la gestión del agua, el CR2 tiene presente la importancia de mantener la independencia. «Nuestro foco está en generar evidencia científica que pueda aportar y abrir nuevas miradas. Cada vez que participamos en un proceso lo hacemos también como una oportunidad de aprendizaje, que nos permita traducir ese conocimiento en investigación aplicada. Por eso hemos optado por elaborar informes públicos, como el de seguridad hídrica, que esperamos sirvan de insumo para los tomadores de decisiones.», explica Bustos.
La lista de acciones concretas del CR2 incluye formación, con diplomados abiertos al público, cursos en la Universidad de Chile y programas solicitados por instituciones como Corfo, además de diplomados específicos para funcionarios públicos, que ya han capacitado a más de 600 personas en la implementación de la ley climática. También destacan las escuelas de verano para estudiantes de posgrado, que buscan formar una nueva generación de investigadores y profesionales con una mirada interdisciplinaria sobre el cambio climático.
En materia de proyectos aplicados, además del trabajo con Bupa en el impacto de los incendios en la salud, el centro colabora en planes regionales, como el de la Quinta Región, junto al IDIEM y el Centro de Acción Climática. Al respecto, Susana Bustos señaló: “Además, estamos trabajando en un proyecto con la Universidad de Columbia e Itrend sobre fortalecimiento de capacidades y participación cívica para comunidades resilientes al clima, el que tiene por objetivo apoyar a los gobiernos locales a adaptarse al cambio climático a través del desarrollo e implementación de Planes de Acción Climática Local, fortaleciendo las capacidades locales para comprender los riesgos climáticos y de desastres en los territorios.”
“Lo que buscamos es instalar capacidades, entregar información útil y objetiva que pueda ser utilizada por distintos actores”, concluye Bustos. Para el CR2, el desafío es seguir avanzando en la conexión entre ciencia y sociedad, consolidando un rol que hoy se proyecta no solo en Chile, sino también en escenarios internacionales donde la evidencia científica es cada vez más necesaria para enfrentar la crisis climática.