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Astronomía aplicada: Chile y las nuevas dimensiones de su liderazgo astronómico

  • El Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines impulsa la transferencia tecnológica como parte esencial de su misión, con el objetivo de llevar la ciencia de frontera hacia aplicaciones concretas que fortalezcan a la sociedad y la industria.
  • Mediante colaboraciones con sectores productivos, el uso compartido de plataformas de datos y programas de formación, el centro busca consolidarse como un referente en innovación y desarrollo sostenible para Chile.

El Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) trabaja para ampliar el impacto de la investigación astronómica más allá de los observatorios y las publicaciones científicas. La transferencia tecnológica es hoy uno de sus ejes fundamentales y se entiende como la capacidad de transformar el conocimiento científico en soluciones prácticas que mejoren la calidad de vida y la productividad nacional.

“En CATA entendemos la transferencia tecnológica como uno de los pilares fundamentales de nuestro quehacer”, explica su directora, Patricia Tissera. La apuesta del centro es que la investigación científica de excelencia no solo produzca conocimiento, sino que también se transforme en herramientas y capacidades que contribuyan al desarrollo del país.

Las estrategias incluyen colaboraciones con sectores como la minería, la manufactura y la alimentación, donde la instrumentación de alta precisión desarrollada para la astrofísica encuentra aplicaciones directas. A ello se suma el uso compartido de plataformas de datos y de cómputo avanzado, disponibles tanto para la comunidad científica como para actores externos.

“Colaboramos con la industria y los laboratorios astronómicos para aplicar técnicas desarrolladas en astrofísica en sectores productivos”, detalla Tissera. Esta dinámica también se proyecta hacia la comunidad a través de programas de divulgación y educación que fomentan vocaciones STEM en jóvenes y escolares.

En paralelo, el CATA ha comenzado a formar a sus propios científicos en emprendimiento y transferencia tecnológica, en alianza con las universidades albergantes. “También comenzamos un programa de formación de emprendedores y de transferencia tecnológica dirigidos a nuestros jóvenes científicos”, comenta la directora.

El camino no está exento de obstáculos. Entre los principales desafíos se cuentan la creación de una cultura de transferencia dentro de la academia, el acceso a financiamiento estable y la necesidad de fortalecer las capacidades técnicas de apoyo. “Generar la cultura de transferencia dentro del ámbito científico no es algo que se dé a corto plazo, es una inversión a largo plazo”, sostiene Tissera.

De cara al futuro, el centro ha identificado áreas prioritarias como la instrumentación óptica, el desarrollo de algoritmos y aplicaciones de inteligencia artificial, y la formación de talento humano especializado. “En los próximos años, vemos a CATA no solo como un referente científico, sino también como un cluster de innovación tecnológica en astronomía y áreas relacionadas”, proyecta la directora.

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