Editorial por Ximena Moya.
En este boletín de noviembre, a propósito del gran trabajo colaborativo con el Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR)2 en alianza con equipos internos y externos de la FCFM para elaborar una propuesta para el diseño del Instituto Tecnológico Público para enfrentar la crisis climática y ecológica, es que queremos relevar la triple crisis ambiental que vivimos a escala mundial: cambio climático, contaminación y pérdida de la biodiversidad.
Cada componente evidencia su propia crisis y las dimensiones inmediatas para abordar a nivel político, cómo se toman las decisiones en el país, la sustentabilidad del medioambiente; la gobernanza existente; los impactos en la sociedad, la tecnología y en la economía. La investigación sobre la interrelación entre las tres crisis ambientales es aún incipiente. A su vez, nos pone de manifiesto que será la ciencia quien tenga el rol preponderante de proporcionar respuestas claras y oportunas para la toma de decisiones que afectan la vida, el desarrollo y la perpetuidad de la humanidad, las especies y todas las formas de vida. Será entonces la alineación entre la política y la ciencia, la colaboración, vinculación y especialmente las confianzas en cada una -y entre ellas- lo que nos permitirá desplegar acertadas y efectivas políticas públicas que pondrán a prueba, una vez más, la capacidad del Estado.
Desde el punto de vista científico e investigativo, necesitamos disponer de metadatos para abordar las crisis ambientales, identificar barreras, generar líneas de investigación, desarrollar herramientas, redes sinérgicas y colaborativas para el aprendizaje interdisciplinario. Necesitamos desarrollar miles de soluciones aplicables, fáciles de implementar y de alto impacto, entendiendo como tal, soluciones probadas, replicadas, validadas, pero por sobre todo, implementadas y viralizadas por su uso extensivo.
Nuestro desafío científico ahora es responder al tiempo que nos exige la naturaleza y los ecosistemas, pues hace rato que conocemos y sabemos todo lo que hay que saber, especialmente lo que no debemos hacer y, sin embargo, seguimos profundizando un camino sin posibilidades de retorno. Cosa de mirar los impactos en este 2023 que ha dejado el fenómeno de El niño, y que ya se anuncia, para una próxima visita, como un Súper El niño.