- En un mundo donde millones de toneladas de plásticos terminan en vertederos o flotando en los océanos, el reciclaje tradicional enfrenta límites evidentes: no puede procesar plásticos contaminados, mezclados o de baja calidad, y las soluciones para la gestión de residuos en lugares remotos como la Patagonia o la Antártica son casi inexistentes.
Un científico que decidió salir del laboratorio para enfrentar desafíos concretos de la sociedad. Con una trayectoria marcada por la búsqueda de soluciones prácticas, su trabajo conecta la investigación académica con el desarrollo de tecnologías aplicadas, especialmente en áreas donde la acumulación de residuos plásticos es un problema crítico y donde la gestión tradicional del reciclaje no llega.
José Duget es ingeniero en biotecnología y doctor en ciencias de la ingeniería, decidió abordar el problema desde otra perspectiva: transformar esos desechos que nadie quiere en energía, mediante un proceso innovador, escalable y sin impacto hídrico.
Duget explica que su carrera siempre estuvo orientada a buscar soluciones prácticas, no quedarse en la teoría: “Siempre busqué la manera de poder hacer ciencia que se llevara de manera aplicada. Desde que me formé, hice mi tesis y doctorado en temas, digamos, de desarrollos de herramientas biotecnológicas que eventualmente se pudieran aplicar en algo concreto. Siempre he estado trabajando principalmente en soluciones para energías renovables, energías renovables no convencionales. Hice mi tesis de pregrado en optimización de producción de biogás, por ejemplo, y luego en mi tesis de doctorado trabajé en levaduras… mi tesis de doctorado la hice en la generación de levaduras para producir butanol como combustible de mayor valor agregado, que es un combustible que se utiliza para fabricación de combustible de avión utilizando algas”.
Con esa visión clara, Duget cofundó Elementum junto a un colega, impulsados por el deseo de convertir la investigación en soluciones reales: “Compartíamos la misma visión, que en el fondo era desarrollar o implementar procesos, pero llevarlos a la práctica, que no queden en paper o en patentes, que finalmente nunca se comercializan, sino que eventualmente dar el paso más allá”, sostiene el científico.
El principio detrás de la tecnología de Elementum es acelerar procesos naturales de descomposición de plásticos: “Un plástico principalmente se demora todos esos años porque finalmente se va enterrando en las capas más profundas, y al llegar a las capas más profundas de la Tierra, donde hay mayor temperatura y presión, los fenómenos que ocurren es que a altas temperaturas y a alta presión finalmente las cadenas poliméricas se rompen. Entonces, ese principio que tarda la Tierra en hacer 450 años, nosotros lo hacemos en 15 minutos”, detalla Duget.
Pero el desarrollo de esta tecnología no estuvo exento de desafíos. Duget comenta que enfrentaron varios problemas técnicos y económicos:
“Había que generar condiciones de alta temperatura y presión que pudiesen romper estas cadenas de los polímeros de los residuos plásticos. Ahí salieron otros desafíos que era principalmente, uno, el costo energético que se requiere para eso, dos, una implementación de equipos seguros y tres, poder procesar todo tipo de plástico, porque hasta el día de hoy pocas tecnologías pueden tratar un plástico contaminado”.
El científico también destaca una de las principales limitaciones de la industria del reciclaje tradicional: “Generalmente hoy día el reciclaje tiene que lavar, muchas veces los costos de recursos hídricos son tan altos que finalmente los plásticos prefieren terminarlos en disposición en vertederos porque es muy caro lavarlos para reciclarlos”.
Con Elementum, buscaron una alternativa que rompiera esas barreras. Duget afirma: “Nosotros reciclamos lo que nadie más recicla. Hacemos reciclaje químico, trabajamos con plásticos contaminados, no tenemos un impacto de huella hídrica porque básicamente no lavamos los plásticos, así que tenemos una huella hídrica cero comparación a otros procesos de reciclaje. Y además no competimos con la industria del reciclaje mecánico que existe hoy en día porque nosotros trabajamos con los plásticos que ellos rechazan en el fondo y evitamos que lleguen a vertederos, que hoy en día es la única solución”.
El crecimiento de Elementum fue progresivo, sumando tecnología y experiencia en terreno. Duget recuerda: “Empezamos a generar tracción, crecimos, hicimos pruebas, fabricamos pilotos de distintos tamaños, le fuimos incorporando distintas tecnologías al proceso para automatizarlo y hoy en día ya estamos con una planta a escala piloto. Hemos tenido algunos casos de éxito o validaciones con plásticos en un entorno relevante con varias empresas conocidas dentro de la industria. Entre ellos trabajamos con plásticos de empresas COPEC, de Colum, de una empresa también que se encuentra en Buin que se llama Química Magey. Trabajamos con ellos y también tenemos ahí un caso interesante de economía circular”.
El próximo desafío es llevar la tecnología a las zonas donde la acumulación de residuos plásticos es aún más compleja. Duget detalla: “Hicimos un mapeo o un catastro bien rápido de cuáles son los lugares que tienen mayor complicación logística con la acumulación de los plásticos, aquellas que están en sectores más extremos y que también están más alejadas de las plantas de reciclaje. Y ahí encontramos que había una oportunidad de resolver este problema allá en el sur, en el territorio de la región de Magallanes y territorio antártico”.
La mirada de expansión de Elementum también contempla otras zonas aisladas: “Tenemos prospecciones de ir a instalar un equipo en la isla de Juan Fernández. Tenemos uno instalado en Buin. Y actualmente ahora queremos instalar una planta más grande que pueda procesar, digamos, múltiples residuos de distintas entidades. Por lo tanto, ahora estamos con esta estrategia de poder vincularnos con empresas que requieran estos servicios de procesamiento y que además pudiesen utilizar el combustible generado para sus propósitos particulares”, concluye Duget.
