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Tecnología astronómica chilena enfrenta desafíos climáticos

  • Expertos del Centro de Astrofísica CATA y UNTEC trabajan en la transferencia de tecnología astronómica hacia la detección temprana de la marea roja, buscando soluciones innovadoras frente al cambio climático.
  • Elise Servajan y Ricardo Finger lideran un esfuerzo pionero para aplicar instrumentos de precisión astronómica en sectores como la minería y la sostenibilidad ambiental en Chile.

En los cielos más despejados del mundo, los telescopios instalados en suelo chileno han hecho descubrimientos clave sobre el cosmos. Desde medir la luz de estrellas lejanas hasta captar detalles de galaxias, la astronomía ha perfeccionado tecnologías con un nivel de precisión insuperable. Sin embargo, los desafíos actuales de la humanidad, como el cambio climático y la sostenibilidad ambiental, exigen que estos avances no se queden en las alturas, sino que encuentren aplicaciones en la vida cotidiana.

La transferencia tecnológica desde la astronomía hacia otras industrias es un desafío y una oportunidad en Chile. Elise Servajan, directora del Centro de Astrofísica CATA, y Ricardo Finger, académico de la Universidad de Chile y miembro del directorio de UNTEC, han unido esfuerzos para adaptar la tecnología de telescopios a aplicaciones terrestres. Un ejemplo destacado es el uso de espectroscopía astronómica para detectar la marea roja de forma anticipada, demostrando cómo el conocimiento de frontera puede transformar problemáticas locales en soluciones innovadoras.

Chile, con su gran tradición científica, enfrenta una oportunidad única: transformar su riqueza en conocimiento astronómico en herramientas concretas para la industria y el medioambiente. En este contexto, la colaboración entre el Centro de Astrofísica CATA y UNTEC está marcando un camino innovador.

Un ejemplo sobresaliente es el desarrollo de una herramienta para la detección temprana de la marea roja, un fenómeno que afecta tanto a la salud humana como a la economía costera. La marea roja, que ocurre cuando proliferan microalgas tóxicas en el mar, suele detectarse demasiado tarde, cuando ya ha llegado a las costas o incluso a los hospitales. “Hoy, la detección ocurre principalmente en consultorios, cuando las personas llegan con síntomas. Podemos hacerlo mejor”, asegura Finger. Inspirándose en la tecnología de los telescopios, que mide los espectros de luz de las estrellas, los investigadores buscan adaptar este conocimiento para analizar el color del agua marina. De este modo, podrían identificar signos de marea roja con suficiente anticipación para implementar medidas preventivas.

Servajan subraya que este esfuerzo no es un caso aislado. Durante años, CATA se ha enfocado en investigación de frontera, buscando ser competitivo a nivel internacional. “Fuimos aprendiendo a ser líderes en publicaciones científicas y en desarrollo de tecnología para telescopios como ALMA, pero nuestro desafío ahora es llevar estas capacidades más allá de nuestro entorno cercano”, explica. Sin embargo, la tarea de transferir estos conocimientos a nuevas industrias no puede realizarse en solitario. Aquí es donde entra en juego UNTEC, cuya experiencia en la transferencia tecnológica resulta crucial.

Con más de 35 años de trayectoria, UNTEC se ha consolidado como un puente entre la investigación científica y el sector industrial. Para Servajan, esta colaboración es fundamental. “Chile es un país rico en problemas, pero eso significa que también es rico en oportunidades. Para aprovecharlas, necesitamos socios estratégicos como UNTEC, que nos ayuden a convertir nuestra tecnología en soluciones concretas para problemas reales”, afirma.

La marea roja no es el único desafío que estos expertos buscan abordar. Finger menciona que las tecnologías de precisión desarrolladas para astronomía tienen un amplio potencial de uso en industrias como la minería, donde se pueden aplicar para monitorear recursos naturales o mejorar procesos de extracción de manera más eficiente y sostenible. De hecho, Finger y Servajan coinciden en que la transferencia de tecnología debe ser vista no solo como una herramienta para resolver problemas, sino también como una oportunidad para impulsar el desarrollo económico y social del país.

La colaboración entre CATA y UNTEC no es un esfuerzo aislado, sino parte de un enfoque más amplio para vincular la investigación científica con las necesidades del país. Ambos equipos trabajan estrechamente con la Universidad de Chile, una de las instituciones académicas más prestigiosas de la región, lo que fortalece aún más las capacidades de este proyecto. “Llevamos más de 20 años colaborando, y esa historia conjunta nos permite construir soluciones de manera más sólida y efectiva”, asegura Servajan.

En un contexto global donde el cambio climático y la sostenibilidad son temas urgentes, el trabajo de Servajan y Finger demuestra que el conocimiento de frontera no solo puede quedarse en los observatorios, sino que tiene el potencial de transformar vidas. Desde las estrellas hasta el mar, la tecnología astronómica chilena continúa ampliando su horizonte, dejando claro que las soluciones más innovadoras pueden nacer en el lugar más inesperado.

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