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Ingeniería, guardiana de la conciencia, para la sostenibilidad ambiental, social y económica

Editorial por Ximena Moya

La necesidad de un crecimiento económico acelerado para el país y sus regiones nos ha llevado en una ruta que ha privilegiado la premura como premisa para abordar las múltiples necesidades, desplazando al desarrollo económico a una segunda opción, y a la sostenibilidad como tercer lugar, ya sea por las exigencias, inversiones y tiempos que conlleva, abstrayéndonos de la maximización de rentas a valor presente basado en la lógica de “tenemos 27 años aun para no estar incumpliendo la norma de carbononeutralidad del 2050”. Constituyendo una condición infranqueable para el equilibrio.

Desde la ingeniería, el desafío es tomar conciencia del impacto social que todo esto tiene para la productividad y desarrollo, tecnológico, especialmente. Desarrollar tecnología es un gran reto en sí mismo, pero concebirla con el objetivo principal de funcionalidad y transferencia directa a la población, a las pequeñas y medianas empresas, a las cooperativas rurales que por su naturaleza no poseen capacidades internas, ni de inversión, para resolver diariamente problemáticas de sobrevivencia, lo es aún más. Tecnologías para abordar la compleja situación social y, al mismo tiempo, casi triviales en la dimensión técnica.

Se requieren con urgencia aplicaciones de uso extensivo, sistemas productivos sostenibles para la vida de la población; disponibilizar, mantener y usar el agua, por ejemplo, sin azufre, sin boro; disponer de alimentos inocuos, energía para generar, enfriar, calentar, movilizar; aire limpio para respirar y recircular, que garantice un ambiente sano, ya no solo para nuestros nietos, sino para nuestros hijos. Estamos, en este momento, inmersos en un ecosistema en que la vida, en todas sus formas, ya no está siendo posible. Si analizáramos el impacto, concluiríamos primordialmente que se han usado de manera irracional todos los recursos naturales, ignorando el tiempo que necesitan para regenerarse, y se ha acentuado la pobreza, al no intervenir sostenida y decididamente, sobre el sesgo de quienes pueden acceder y quienes no.

Dada la complejidad y magnitud de estos impactos, se requiere una participación ciudadana activa, de la sociedad civil, Gobiernos Regionales, Municipios, Universidades, Empresas, Sindicatos, organizaciones sociales en su conjunto, que visualicen y puedan abordar las 3 dimensiones de los efectos: ambiental, social y económico para su resolución. Necesitamos generar los espacios para articularnos, consensuar y abordar la crisis que nos tomará mucho tiempo y recursos resolver.

Desde la Ingeniería estamos frente al dilema, crecimiento económico acelerado o innovar aceleradamente para la sostenibilidad. Con el modelo actual primero “las estirpes condenadas no tendremos una segunda oportunidad sobre la faz de la tierra” pues hoy nos jugamos la supervivencia de los que trajimos al mundo con la promesa de cuidar y amar.

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